3 ago 2007

El Chihuahuense

Lunes 16 de Julio del 2007.

Trayecto entre Ciudad Juárez y Chihuahua.

Vale, he abordado el bus, veo con tristeza el paisaje del desierto por última vez, tras salir de los últimos bloques de la ciudad, seguimos por la carretera hasta llegar a una "Aduana", pasamos por el carril de "nada que declarar".


Más adelante, observaba el paso de las dunas del desierto hacia el desierto estepario, con matorrales, comenzó a proyectarse la película del bus, pero la verdad a mi no me interesaba verla, todo lo que pensaba en esos momentos fue en lo que dejé atrás, en Juárez.


A eso de las 4:20PM, el bus hizo una parada en medio de la nada, no se veía una sola ciudad a kilómetros a la redonda, lo único que había allí era un paradero donde había una pequeña tienda, un restaurante, baños públicos y mesas con bancas bajo un árbol, en este sitio los choferes bajaron a comer y nos dieron 20 minutos para que nosotros comiésemos también si así lo deseábamos.


Bajo este árbol fue que comí en esta tarde, y más que nada, bebí agua, estaba realmente sediento, pues no había tomado casi ningún líquido en todo el día, aunque lo admito, no sentía calor en absoluto. Por cierto, este árbol parecía en todo indicio ser un "Maple Canadiense", famoso por que su hoja figura en la bandera de Canadá.


Finalmente, poco antes de llegar a Chihuahua, veía esta clase de paisajes, ya con un suelo menos arenoso y más rojizo, lleno de pastizales, muchos de ellos, con vacas pastando allí.


A posta, todo el viaje me la tuve que pasar oyendo a un grupito de chavas lesbianas que iban en los asientos de al lado y de detrás de mi, eran super escandalosas y contaban cada cosa... pero bueno, cada uno es libre y hace lo que desea con su vida.

Ya en Chihuahua, nos tocaría vivir más experiencias, pero eso os lo relataré después.

Continuará...

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